Desencanto, tedio y pesimismo rodea al hecho que el tiempo siga transcurriendo, sin ninguna posibilidad a la vista de lograr un arreglo en nuestra actual situación. Es probable que no hubiéramos andado todos los caminos existentes, ni tocado todas las puertas correctas en pos de una solución. Pero nos queda claro que ya no es empecinamiento el de ellos: es indiferencia. Indolentes y pasivos, ninguna de las dos empresas está dispuesta a ceder a reclamo alguno.
De todos modos, desde la óptica de muchos de quienes disfrutamos durante años de un canal de excelencia en su segmento, estamos decepcionados al ver las condiciones del mismo en estos días y la superficialidad que se está apoderando inclusive de la emisión nacional.