Ahora les ha tocado a los argentinos abonados a sistemas de cable,  vivir  una situación similar a la  que padecimos sus compatriotas clientes de  Directv al venderse Utilísima.   A diferencia  nuestra, ellos nunca dejaron de ver la  programación nacional y  continúan con parte de la emitida últimamente. Siempre conservaron a  algunos de los talentosos integrantes;  los mismos usos, costumbres, ingredientes  y sobre todo "lenguaje." 

La fusión ha provocado estupor, disgusto, malestar, desencanto. El resto de Sudamérica comparte el mismo sentir,  en sus pantallas  ya no está Utilísima aunque  algo les haya quedado.  Precisamente experimentan los mismos sentimientos que sufrimos nosotros en su oportunidad.

Como no ocasionar  desagrado casi unánime,  muchísimas personas fueron sorprendidas con la desaparición de los canales que habían elegido  y una fusión  poco convincente. Pocos fueron los anuncios previos, una vez más no se respetó a la audiencia, informándoles con que se  encontrarían el  lunes.

Aunque al momento de  desembarcar FOX, se tenía la plena seguridad que nunca más existiría el  especial canal tal y como fue diseñado, nunca  sospechamos que lo veríamos partir  y borrarse casi todo rastro del mismo.