Desde sus inicios Utilísima nos fue sorprendiendo día a día con sus ideas prácticas, creatividad sin límites e inmejorables especialistas. Aceptamos que entraran en nuestros hogares con todo ese talento e ingenio, preparados a dejarnos sus enseñanzas.
Aprendimos técnicas y secretos, descubrimos nuevos métodos y encontramos inspiración. Refrescamos conocimientos y adquirimos otros. Nos actualizamos y asesoramos en infinidad de temas más que interesantes.
Nos convertimos en fieles seguidores hasta que el canal fue vendido, entonces ya no valió la pena sintonizar la versión que Directv había elegido pata sus abonados. Una imitación poco feliz, sin gracia ni atractivo. Comenzamos a despedirnos aunque conservando la esperanza de volver a ver algo similar a lo que estábamos acostumbrados. Empero hasta la versión argentina había cambiado, perdiendo la originalidad, frescura y calidez; profesionales acartonados que seguían un forzado guión carente de imaginación y beneficio, programas sin el brillo de antes y muchas veces absurdos.
